Ingenieros y astrofísicos han aplicado sus esfuerzos para entender los fenómenos que se originan en el exterior de la Tierra y en nuestro sistema solar desde hace varias décadas. Precisamente por ello, distintas agencias espaciales han diseñado y fabricado potentes telescopios como el James Webb, junto a diferentes sondas que han logrado monitorear los fenómenos que se originan en el cosmos.

El campo magnético que cubre a la Tierra está entre los distintos fenómenos que ocupa el interés de la ciencia humana, el cual es de suma importancia para la vida en el planeta pese a que se trata de un elemento que no se puede percibir con los sentidos.

El campo magnético es una capa de protección que rodea a la Tierra para brindarle protección ante la radiación cósmica y de las partículas que son atraídas por los potentes vientos provienen del Sol, de acuerdo con expertos.

Los investigadores han precisado que el campo magnético que rodea nuestro planeta es producido por grandes cantidades de hierro líquido que están en el núcleo exterior de la Tierra, situado a unos 3.000 kilómetros de la superficie terrestre y su constante movimiento genera colosales corrientes eléctricas que producen un campo magnético que está en constante cambio.

Las partículas al entrar en contacto con el oxígeno y nitrógeno que están en la capa superior de la atmósfera, son repelidas y de inmediato se producen las luces de color verde que dan forma a las auroras boreales.
Las auroras boreales son una de las evidencias perceptibles de la acción protectora que ejerce el campo magnético sobre la Tierra. No obstante, la ciencia moderna ha desarrollado instrumentos que hacen posible escuchar los sonidos que produce la interacción entre las partículas espaciales y el viento solar.

Los científicos han logrado analizar con mayor precisión las señales magnéticas que emite el núcleo de la Tierra, junto a la ionosfera y la magnetosfera gracias al trío de satélites ‘Swarm’, lanzados por la Agencia Espacial Europea en 2013.

Los datos recolectados por la Agencia Espacial Europea y un grupo de expertos ingenieros de sonido, músicos y científicos de la Universidad Técnica de Dinamarca se logró generar una interpretación sobre cómo podría sonar para el oído humano el movimiento del campo magnético terrestre.

El audio generado brinda un sonido inquietante que parece originarse de un lugar siniestro, pero ciertamente se trata de una representación del campo magnético producido por el núcleo de la Tierra cuando interactúa con las partículas espaciales y los vientos solares.

Publicado por Emirates Herald, agencia de noticias e información.

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